¿Quién no soñó alguna vez con tener entre manos un pedazo de la historia de la televisión? Tal vez no todos imaginaron tener, además, un pedazo de la cultura popular mundial. Eso fue precisamente lo que puso a la venta una familia estadounidense. Si no fuera por la pequeña pantalla, la casa en cuestión, ubicada en Albuquerque, jamás habría visto el tipo de valorización que experimentó. Claro, este no es un inmueble cualquiera. Esta fue la casa de Walter White.
La propiedad que se hizo célebre por su aparición en Breaking Bad, donde el personaje de Walter White, interpretado por el genial Bryan Cranston, lanzó una pizza al techo, se puso a la venta por nada menos que 4 millones de dólares. Esto representó más de 11 veces su valor estimado en el mercado: apenas 340.000 dólares.
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La familia Quintana, que la poseyó desde 1973, apostó a que el estatus de ícono de la cultura popular atraería a compradores dispuestos a desembolsar una cifra tan elevada. A pesar de estar situada en un vecindario modesto de Albuquerque, la casa sigue siendo un destino de culto, con cientos de autos que pasan diariamente frente a ella.
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La decisión de vender, un dilema familiar
Según contaron a diversos medios, Joanne Quintana y sus hermanos crecieron en esta casa. Tras la muerte de sus padres y años lidiando con la avalancha de curiosos y fanáticos, decidieron que había llegado el momento de vender. Después de 52 años, ya no hubo vuelta atrás.
La popularidad de la serie obligó a la familia a instalar cercas y cámaras de seguridad para proteger su privacidad. «Era tiempo de seguir adelante», dijo Quintana a los medios, con una mezcla de nostalgia y cansancio, mientras recordaba aquellos primeros días de rodaje en 2006. En ese entonces, su madre aceptó que se filmara el episodio piloto en su hogar.
Un circo turístico convertido en parte de la cultura pop
Desde esos días, la casa se transformó en un circo turístico. Algunos fanáticos intentaron recrear la famosa escena de la pizza lanzada al techo, lo que llevó al creador de la serie, Vince Gilligan, a pedir públicamente que cesaran esas prácticas. Otros intentaron “explorar” el patio trasero, con piscina incluida, como si estuvieran dentro de la serie misma.
De hecho, hasta el gobernador de Nuevo México aprovechó la figura de Walter White para lanzar una campaña contra la basura. Las escenas interiores se rodaron en un estudio, pero la casa siempre fue un símbolo tangible de la serie, algo que muchos consideraron como un «lugar sagrado» dentro de la cultura pop.
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Una jugada inmobiliaria que no escapa al valor cultural
En un mercado inmobiliario donde el precio promedio en Albuquerque rondó los 400.000 dólares, la familia Quintana esperó que el valor cultural de la casa atrajera a inversores dispuestos a hacer una apuesta por algo más que una simple propiedad.
David Christensen, de eXp Luxury, señaló que hubo un interés creciente en convertir la casa en un museo o incluso en un negocio consolidado: el alquiler vacacional. De hecho, la página web de la inmobiliaria promovió la oportunidad de adquirir «un pedazo de la historia de la cultura pop», mientras el precio millonario reavivó el interés en esta icónica vivienda.
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Está claro que la casa de Walter White no sólo es un bien inmueble. Es un emblema de una serie que trascendió su formato y se convirtió en un fenómeno cultural global. Y aunque en algún momento esta vivienda fuera apenas una propiedad más en un barrio común de Albuquerque, hoy es un símbolo que continúa siendo parte de la memoria colectiva.
Sin ir más lejos, el año pasado Breaking Bad fue votado como el mejor programa de los últimos 25 años en una encuesta de fans en el sitio Rotten Tomatoes.
La cultura pop, como suele ocurrir, no conoce de fronteras ni de lógica económica. En este caso, los 4 millones de dólares parecen ser el precio de un recuerdo que muchos están dispuestos a pagar.
NG/fl