PINAMAR (Enviada especial).– Pinamar ya piensa en las próximas tres décadas. La ciudad ya duplicó su población de 20.000 a 40.000 en los últimos años. En este contexto, la intendencia, a cargo de Juan Ibarguren, presentó el Plan Pinamar 2050, una ambiciosa iniciativa para hacerle frente a los cambios sociales, económicos y ambientales de la localidad balnearia.
Frente a funcionarios municipales y los principales representantes de instituciones, desarrolladores y el sector empresario local, en un evento en el vivero de Pinamar en el que estuvo presente LA NACION, el intendente sostuvo que hay que “darle forma al Pinamar de los próximos 30 años” para que su continuo crecimiento se dé de manera ordenada.
Ibarguren indicó que “es fundamental invertir en infraestructura y establecer lineamientos claros para el desarrollo urbano, destacando proyectos recientes como la gran renovación de su frente marítimo, que ha causado un cambio profundo en la ciudad”.
Desde Pinamar Norte hasta el sur de Cariló, el plan –que debe ser aprobado por la gobernación bonaerense y pasar también por el Concejo Deliberante local– consta de varios puntos. El primer ítem trata del crecimiento ordenado, a través de la delimitación de áreas específicas para el desarrollo de viviendas, comercios y espacios públicos que preserven la esencia de la ciudad evitando impactos negativos en áreas naturales sensibles, como dunas y bosques. Implica además el cambio del Código de Ordenamiento Urbano (COU), que data de 1987.
El proyecto también propone una ciudad más eficiente, con áreas específicas para el desarrollo de viviendas, comercios y espacios públicos que aseguren la preservación y la consolidación de Pinamar. Es el ordenamiento de la expansión urbana, evitando el impacto negativo en áreas naturales sensibles como dunas y bosques.
En segundo lugar, la municipalidad pretende en estos años proteger el paisaje, la identidad cultural y valores históricos. En esa línea, busca minimizar los impactos del cambio climático al integrar estrategias de resiliencia en el desarrollo urbano. Además, propone modernizar el frente urbano costero a través de los espacios comerciales que respeten el medio ambiente.
Por otro lado, el plan incluye la continuación del desarrollo de la ciudad, pero preservando la provisión de servicios básicos esenciales, como agua potable, cloacas, transporte público e infraestructura digital.
“Este plan incorpora años de trabajo en conservación ambiental, lo que nos permitirá consolidar a Pinamar como una ciudad modelo en términos de equilibrio entre crecimiento y cuidado del medio ambiente”, destacó Ibarguren en su presentación.
La iniciativa se encuentra en la etapa inicial de planeación y participación ciudadana, por lo que todavía se están definiendo los objetivos estratégicos para llevar a cabo el diagnóstico del territorio; aquellos dueños de terrenos, comercios o potenciales inversionistas pueden anotarse para involucrarse en el plan. Una vez que se atraviesen las instancias locales y municipales, se podrán implementar los proyectos. Le seguirán las intervenciones de infraestructura y servicios urbanos a través de las alianzas entre el sector público y el privado.
“Hoy presentamos el futuro de Pinamar e invitamos a todos a sumarse. Este es un plan claro y específico para consolidar nuestra ciudad por los próximos 30 años”, cerró Ibarguren.
En cuanto al frente marítimo, un tema que Pinamar viene instalando como parte de su plan para continuar desarrollando la ciudad, el arquitecto Julio Falbo, que participa de la iniciativa Pinamar 2050, dialogó con LA NACION sobre las ideas a futuro.
“Esto viene de hace muchos años. Lo que le pasa a muchísimas ciudades es que las construcciones le dan la espalda al mar o dan poca posibilidad a la gente de estar frente al mar. Al tener un frente de mar, como el tiene Pinamar, de vivienda unifamiliar prácticamente en todo el frente marítimo, se le está negando la posibilidad de mucha más gente”, explicó el arquitecto a este diario.
Las obras sobre el frente marítimo no son nuevas. Por ejemplo, la intervención de Avenida del Mar –una de las principales de la ciudad y que va de norte a sur– empezó en 2020. Se delimitó, en unos 500 metros desde Avenida Bunge hasta el muelle, un espacio peatonal. Ahora, se busca intervenir en la arquitectura.
“El frente marítimo tiene un deterioro por los médanos, los residuos y parte de las construcciones. Tampoco hay veredas. La idea es generarlas”, expresó Falbo. Asimismo, afirmó que la idea es que las viviendas tengan comercios abajo. “Pueden tener comercios adaptados a lo que es la circunstancia de la playa, es decir, restaurantes y bares. También hay que construir esa vía de circulación peatonal para alimentar a esos emprendimientos e ir desarmando un poco el tema de los balnearios sobre la arena y que todo el servicio pase del lado de la ciudad”, enumeró el arquitecto.
De hecho, Pinamar demolió los 45 balnearios de cemento para reconvertir el frente marítimo y así generar construcciones sobre la playa más amigables con el ambiente.
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