POLÍTICA
Trump abrió la vía legal y la administración Biden la mantiene: drones y comandos podrían actuar sin consulta.
La CIA evalúa por primera vez en años su autoridad para ejecutar acciones letales contra líderes de cárteles en el extranjero, incluyendo a traficantes de fentanilo en México. El análisis surge luego de que el gobierno de Donald Trumpdeclarara terroristas a ocho cárteles latinoamericanos, abriendo la puerta legal a operaciones encubiertas. Los objetivos están claros: el Cártel de Sinaloa y el CJNG.
Las nuevas facultades permitirían a la CIA realizar acciones de eliminación selectiva bajo el Título 50. Sin necesidad de intervención militar formal ni aprobación del Congreso.
El uso de drones armados y comandos especiales ya está sobre la mesa. Y México, como siempre, observa… o coopera en silencio.
Drones gringos en el cielo mexicano
Actualmente, drones de la CIA ya realizan vigilancia en México con consentimiento del gobierno. La presidenta Claudia Sheinbaum admitió que “no hay nada ilegal” en estos vuelos.
Una declaración que, lejos de tranquilizar, confirma que la soberanía nacional es negociable para la 4T.
En lugar de rechazar categóricamente esta política de fuerza extranjera, la administración mexicana parece más preocupada por no incomodar a Washington. El territorio nacional se convierte así en campo de observación… y posiblemente de fuego.
Narco-terrorismo: la narrativa que prepara la guerra
Con la designación de los cárteles como organizaciones terroristas, la lógica del combate cambia. Ya no se trata de cooperación antidrogas, sino de operaciones de seguridad nacional desde EE.UU.
La CIA tendría vía libre para ejecutar sin coordinación local.
Legisladores republicanos y funcionarios de inteligencia ya presionan para actuar.
Las fallidas políticas mexicanas solo refuerzan la narrativa de intervención. Y mientras Sheinbaum firma acuerdos bilaterales, la Casa Blanca alista estrategias unilaterales.
Soberanía a cambio de simulación
La incapacidad del Estado mexicano para combatir al narco está generando consecuencias externas. El vacío que deja la inacción institucional lo llenan ahora los satélites, los drones y la presión internacional.
Si la estrategia militar se concreta, México podría ver operaciones extranjeras dentro de su propio suelo. Todo, por un gobierno que prefirió los abrazos y los discursos en lugar de ejercer el poder.
Y mientras los cárteles se expanden a Oceanía, la DEA los rastrea en cuatro continentes, la CIA planea cómo eliminarlos… y el gobierno mexicano ni siquiera puede localizarlos.
➡️ Política
Más noticias: