La movilización y el paro nacional del 9 y 10 de abril volvió a poner sobre la mesa el peso y la voz de la clase obrera en nuestro país. Lejos de un hecho en cielo sereno estuvo atravesado por debates y disyuntivas al interior de las grandes empresas que quisimos dar a conocer. Tarde o temprano darán lugar a nuevos fenómenos políticos.
Argentina se caracteriza por la importancia de su clase obrera y su acción en la vida política desde su nacimiento. Sin ella no habría forma de hilar la historia de nuestro país. Las huelgas obreras dejaron marcas indelebles y son un buen ejemplo para fundamentar la concepción clásica del marxismo: en base a qué se desarrolla la historia de la humanidad y el temor burgués a la lucha de la clase.
Los ataques en toda la regla del gobierno de Milei y sus cómplices buscan avanzar cualitativamente en la relación de fuerzas a favor de los grandes empresarios y el FMI. Una vez más, las y los trabajadores van a tener que resolver muchos problemas para avanzar en una perspectiva emancipadora. Aunque una lucha nacional de esa índole no se avisora aún, es desde ahí que queremos seguir la sensación térmica y la cocina de las contradicciones que enfrenta la clase mayoritaria argentina, en particular, en las grandes fábricas y empresas estratégicas.
La clase obrera va a tener que resolver la unidad de sus fuerzas, desde la división que establece la patronal gracias a los convenios flexibilizadores que vienen de la década de 1990, hasta las divisiones gremiales, que cómo se sabe las principales conducciones sindicales garantizan férreamente. Por eso, no es el objetivo de este artículo dar una imagen idealizada de la clase trabajadora, en lo más mínimo. Si no de la realidad de las bases y cómo alrededor de la experiencia de las luchas, los debates y las peleas del activismo y la vanguardia se va moldeando la subjetividad frente a los escollos que tiene por delante para convertirse en un actor central de la vida política nacional.
En esta nota, nos concentramos en las medidas que anunció la CGT, la movilización y el paro del 9 y 10 de abril. El contexto viene dado a partir del punto de inflexión que marcó el desprestigio del gobierno evidenciado en la respuesta en las calles ante el discurso homofóbico en la conferencia de Davos y por el escándalo de la cripto-estafa, y donde ya vimos la necesidad de conocer la repercusión con una primera investigación in situ en las grandes fábricas y empresas. Mientras la pérdida de poder adquisitivo de las mayorías trabajadoras, la crisis económica, datos de la inflación sospechosos y un salvataje del FMI con retraso destapaba el fracaso del gobierno. Chocó de frente con la tregua política de la CGT y una represión intolerable contra la valiente lucha de los jubilados –que desde el año pasado ofician de «punta de iceberg»–, y que apoyados por las hinchadas de futbol, llena de jóvenes trabajadores precarizados, obligaron a la burocracia sindical a despertarse de la siesta de más de un año, salir a las calles nuevamente y convocar a un paro. Personas que, con la autoridad de haber luchado toda su vida, que enfrentan los palos y gases lacrímogenos de la policía todos los miércoles, fueron los fieles representantes del amargor de millones para con el silencio cómplice de las conducciones sindicales respecto al ajuste feroz del gobierno. El secretario de la CGT Héctor Daer tuvo que anunciar el paro que reclamaban las bases y junto con otros “gordos” movieron sus columnas sindicales como hijos obedientes de los jubilados en la marcha del miércoles 9, pretendiéndose lavarse la cara. Hasta el principal referente del “ala progre” del peronismo Juan Grabois tuvo que salir a justificar su ausencia por la aplicación de “grupos rotativos para economizar fuerzas” que oscureció más de lo que aclaró.
Entrevistamos a 33 trabajadores y trabajadoras (activistas y delegados, varios de ellos integrantes del Movimiento de Agrupaciones Clasistas – MAC) que nos contaron la previa, sobre la realidad del paro en sus empresas y las discusiones que suscitó la convocatoria de la CGT y la CTA. Y, debido al anuncio del aumento de la inflación en esos días, la devaluación, el nuevo acuerdo con el FMI, les preguntamos también que se habló posparo respecto al resultado y sobre cómo seguir. Al respeto pudimos acceder a un panorama en torno a empresas aceiteras (Dreyfus, Molinos); agroindustriales (Vicentin, Ledesma, Bunge); alimenticias (Georgalos, Mondelez, Coca Cola); del vidrio (Cattorini); construcción de buques (Astillero Río Santiago); maderera (Mendoza); metalúrgicas (Caterpillar, Toyota, SIAT, autopartista de Córdoba); siderúrgicas (Acindar, Siderca, Ternium); del neumático (FATE); química (Linde Praxair). Y también de servicios esenciales como aeropuertos (Ezeiza, Aeroparque de Bs. As, aeropuerto de Córdoba), subterráneo de Buenos Aires, ferrocarril (líneas Mitre y Roca), telefónicos y de electricidad (EPEC, Secco, Edesur).
Podemos afirmar que el paro contuvo a priori varias contradicciones. La primera se planteó cuando la dirección del gremio de colectivos (UTA) lo carnereó, arreglando una conciliación obligatoria. Nos enteramos también que hubo empresas de gran importancia donde la burocracia directamente no convocó a parar, o sea carnereó también. En general si lo hicieron llamaron a último momento y sin convocar a asambleas.
De las entrevistas surge que uno de los principales cuestionamientos que incidieron al momento de parar fue la pérdida del día y el castigo de la patronal con el descuento de premios. Y, en segundo lugar, y no menos importante, existieron distintos cuestionamientos a las conducciones sindicales. En Bagley y Arcor, en la provincia de Córdoba, por ejemplo, la combinación de priorizar lo económico con las críticas a la conducción sindical pesó mucho para el fracaso del paro. “Está duro para que la gente se acople al paro, todavía identifica mucho al sindicato como el problema a todo”, dice un obrero de una de esas fábricas. Pero no fue lo que primó a nivel nacional.
Desde el punto de vista de la bronca con el gobierno las razones para parar sobraban, la situación del retraso de las paritarias y las peores condiciones de trabajo junto con la represión hacia los jubilados fueron los principales motores, según señalan los entrevistados. Esta vez se expresó, incluso abiertamente, en algunos lugares la voluntad de querer parar de los contratados y terciarizados. También pesó la tradición de la clase trabajadora que ven en el paro la única herramienta para pelear por sus intereses. Se pelearon las posiciones que reflejan los sectores más nuevos o aquellos que vienen de tener un estándar de vida acomodado y no quieren perder más. En este sentido, se podrá ver el rol que jugaron las agrupaciones del MAC junto al activismo en la pelea por el paro. Como me contaba que dijo un compañero en una de las asambleas: «venir a trabajar fortalecería la patronal para el día después, que nos debilitaba y envalentonaría la patronal y al gobierno”.
Es la combinación de esos elementos que dieron como resultado un paro contundente, mayor al que estimaba la burocracia sindical. Si bien aquí nos concentramos en grandes fábricas y empresas de servicios, en estatales, bancarios, salud y en docentes el acatamiento al paro fue alto. El gremio docente, con 1.400.000 trabajadores y trabajadoras a nivel nacional, tuvo una gran adhesión. En la provincia de Córdoba, Neuquén, Jujuy, por ejemplo, la adhesión fue del 90% del gremio ADEP y de Cedems y un 90% también en toda la provincia de Buenos Aires. En la Ciudad de Buenos Aires el paro fue de un 70%, junto con un paro de 48hs convocado por Ademys. Esto fue así a pesar de las conducciones de la CTA y del gremio de la Ctera (Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina), que son centrales sindicales nacionales que tienen un peso muy grande en todas las provincias, que no hicieron asambleas en las escuelas, o difundieron el paro. No obstante, en todas las provincias donde existen seccionales o sindicatos recuperados, estos jugaron un rol de organización e impulso del paro.
En muchas fábricas y empresas los paros convocaron entre un 90 % y 100 % de adhesión. Como cuenta un trabajador de Vaca Muerta sobre el malestar en los yacimientos neuquinos “Si la conducción está empezando a moverse, no es por convicción, sino por presión desde abajo”, donde el paro marcó el pulso de una disputa más profunda. Pero fue un paro, según se puede ver en las entrevistas, cruzado por discusiones que se debatieron como nunca antes porque por cierto, como dice una trabajadora, “se estaba esperando hace rato esta medida”. Se puede ver la unanimidad respecto a que el paro aislado no alcanza para pararle la mano al gobierno. Se vivenció como nunca que la burocracia sindical divide y que es un freno del poder obrero para discutir y votar un plan de lucha a la altura del ataque del gobierno. Las contradicciones se marcaron claramente, y que se empiecen a debatir en las bases y entre el activismo marca el inicio de su resolución. Creatividad a la clase obrera argentina no le falta.
Las entrevistas permiten comprobar entonces también la importancia de la organización de la vanguardia y de la construcción paciente de agrupaciones clasistas en las grandes empresas. Buscar incidir, apostar a influir al punto tal de ser un factor a nivel nacional como para torcer la balanza en hechos de la lucha de clases, el triunfo de las luchas y a favor de que la clase obrera pese en la vida política nacional toma otro cuerpo en la realidad actual y muy prometedor hacia el futuro.
¿Cómo fue el paro en tu empresa (también, si conocés, sobre otras fábricas)? ¿Qué discusiones y que incidió para parar o no?
Trabajador, Cattorini (fábrica de vidrio), sur GBA: Nosotros creemos que el paro fue contundente y obviamente a mí o a todos si nos dicen tenemos que parar contra el gobierno lo haríamos de vuelta. Pero este paro en especial fue muy particular porque a nosotros los obreros del vidrio nos encuentra en una especie de interna. Y si bien este tipo de paro más contra un gobierno, como este, sirve para unirnos y expresarnos en contra de sus políticas, este tuvo un gusto, como te puedo decir, a política. Porque hasta ahora no se hacía nada con todo lo que hizo el gobierno contra del pueblo, del trabajador, del jubilado, de la cultura, de la ciencia, de todo. Y los gremios no se pronunciaban o no hacían nada. Entonces en lugar de unir dividió las aguas. Yo te estoy hablando de acá, del gremio el vidrio. Ya hubo una serie de paros, pero a nivel gremial, en esta fábrica donde la gente perdía dinero, pero no se conseguía nada. Y vos de tu gremio, de la gente que vos con tu voto ponés para que te defienda, esperás otra cosa. No que se queden tan pasivos y después de golpe porrazo ellos te necesitan políticamente. Entonces hacen este paro que fue muy dividido, o sea, ¿para qué hicieron el paro?: si realmente para defendernos a nosotros o por una cuestión política, para ganar espacio, así que quedó un sabor agridulce, un poco de incertidumbre, nos hubiera gustado que sea más convincente de parte de los grandes dirigentes. Te da bronca que te deje esa pregunta. Yo creo que la mayor parte de las fábricas pasaba lo mismo, o sea, cuesta parar porque no hay representatividad, no nos representa nadie.
Trabajador, Bunge (agronegocios), Campana: Paramos y movilizaron los delegados con la directiva. Por suerte fue contundente, ninguno se coló como el año pasado, que hubo dos compañeros que se hicieron los desentendidos y trabajaron. Solo la guardia mínima en planta. Es un sector de la clase muy “burgués” pero acompañan cuando el gremio propone. Algunos con cara de culo pero acompañan. Después adentro hay alguna disconformidad, son los menos que reniegan con la colecta para los de Entre Ríos [el gremio está trabajando un fondo de lucha para 25 trabajadores de una planta de esa provincia que está prácticamente cerrada y mantiene un piquete para que no la vacíen]. No quieren colaborar con lo que propone el gremio para ayuda económica.
Trabajador, Vicentin (almacenamiento y proceso de granos), dos plantas, San Lorenzo, prov. Santa Fe: Hay un lockout patronal desde hace dos semanas. Para mí estuvo muy bien, fue muy tomado a conciencia de la gente. Acá en Vicentín no nos hicieron parar. Estuvimos todo el día sentados adentro del comedorcito que tenemos, al pedo. Nos obligaron a ir ya que a nosotros no nos gusta que nos digan carneros (el sindicato les pidió que vayan para garantizar que no se lleven las máquinas).
Trabajadora, Dreyfus (aceitera), Rosario, prov. Santa Fe): En la planta junto con el sindicato la decisión fue acatada en su totalidad ya que no solo se lucha por intereses de los trabajadores, sino también que se solidariza con otros sindicatos que luchan desde hace tiempo por derechos que están intentando desalojar. Si bien el aumento se logró sin llegar a un paro prolongado, hubo negociaciones de por medio, siempre está por delante la solidaridad con otros sindicatos.
Trabajador, Dreyfus: Del paro hay que ser consciente también de la represión constante ante los derechos de la huelga, eso se combate en la calle, eso es lo primero que tienen que entender todos los trabajadores. De la CGT somos muy críticos, de las decisiones que vienen tomándose. Creo que la gran mayoría no está de acuerdo con las decisiones, bah, con las que no toma en realidad. Creemos que la herramienta fundamental es que tenemos los trabajadores y la principal, como lo venimos mostrando siempre nosotros, es la huelga, para nosotros no hay otra. Y si bien la función de los sindicatos es defender a los trabajadores como todos sabemos también hay que ser consciente que hay un ataque sistemático de los medios de comunicación masivo hacia los dirigentes sindicales. Yo creo que el único objetivo que tiene es dividir nuestra clase y creo que lo están logrando. Y hay que tener autocrítica y reconocer que obviamente algo se está haciendo muy mal. Un claro ejemplo de eso es que el 40 % de los trabajadores registrados son pobres. Si bien los aceiteros no sufrimos la degradación de la representación sindical que otros trabajadores están padeciendo, creemos que no es excusa para no parar. También hubo muchos sindicatos que se agarraron de eso como para no parar y bueno nosotros no creemos que sea por ahí el tema. Todo el movimiento obrero tiene que acatar y apoyar estos paros. Si bien creemos que tendrías que ser más o más continuos o la alternativa que se puede tomar. En cuanto al paro propiamente dicho cuando nosotros los aceiteros nos reunimos cada uno en la puerta de su planta y de allí salimos en caravana, fuimos todos a Rosario. Fue una enorme movilización una gran concentración. Nosotros tuvimos un plus antes del paro: nos habían dado la noticia que habíamos llegado a un acuerdo salarial, creo que eso incentivó un poco más, que dicho sea de paso nos tomó de sorpresa por la rapidez. Después nos dimos cuenta en base a lo que pasó el viernes en la conferencia que había dado Milei y ahí nos dimos cuenta de que por algo la cerealeras el miércoles cerraron rápido el acuerdo porque ya veían venir lo que pasó. Si bien Milei dijo que él y solo Caputo y el del Banco Central eran los que sabían nada más de lo de lo del cepo, parece que no eran los únicos. El miércoles a última hora y de urgencia cerraron todo cuando venían diciendo que no querían arreglar paritaria, que nos ofrecían 0 %, es más, decían que nosotros ya habíamos logrado más del porcentaje que le teníamos que devolver y de golpe y porrazo y arreglaron todo. Es obvio que está manejado. Creo que todos los trabajadores tenemos que entender que somos en la clase trabajadora, eso es lo primero, y también entender que nadie se salva solo acá sino todos juntos, esto viene para largo.
Trabajador, Molinos, Rosario, delegado: Respecto al paro, la planta transcurrió en forma tranquila, se avisó a los compañeros por qué se tomaban las medidas, se los llamó a que movilicemos ese día a la mañana para ir al corte de Circunvalación y Presidente Perón. Para nosotros la huelga es una herramienta que está siempre con nosotros y que la utilizamos bastante el año pasado, la semana por paritarias, más dos paros por ganancias, por lo que le pasó a los compañeros que fueron presos políticos e hicimos varios paros. Obviamente siempre hay alguno que pregunta, que tiene la duda, quizás que no está a favor y obviamente se habla en asamblea, se comenta, se dialoga, se transmite sobre lo que el sindicato y la federación se quiere tratar de lograr, empatizar con el otro, no quedarnos nosotros en la cómoda y utilizar ese derecho que tenemos a la huelga como protesta en diferentes circunstancias. Creo que es totalmente necesario, creo que las bases lo están pidiendo por tema de salario, de la represión a los jubilados, por todo lo que está pasando, lo de la inflación, todas las cosas que podemos nombrar, miles.
Mariano, Ingenio Ledesma (azucarero), prov. Jujuy, delegado: El paro fue de muy baja adhesión por que la dirigencia acata la medida de manera enunciativa y no trabaja para que el paro nacional sea de mayor acompañamiento. Por presión de los delegados de izquierda y otros sectores, la directiva del sindicato se ve obligada a pronunciarse a favor del paro. Los delegados y otros sectores de trabajadores paramos por que está ocurriendo un ataque brutal a los laburantes, con pérdida de salario y condición de trabajo. Y acá en la fábrica de azúcar siempre es peor. Ledesma es un laboratorio donde ya está en práctica la reforma laboral votada en la Ley Bases. Hubo 165 despidos en estos días y hay sectores que están dispuestos a pelear en defensa de los puestos de trabajo, creo que esa es la clave de que un sector de la fábrica paró.
Trabajador A, Linde Praxair (empresa química), norte GBA: Ahí nosotros paramos y se dejó una guardia por el tema de la emergencia medicinal, que es una guardia de cuatro personas en los dos turnos. Después el paro de la CGT tardó mucho. La CGT le da mucho tiempo al gobierno como para acomodarse, eso obviamente nos parece ya que también lo hablamos con los compañeros que tendría que ser mucho más sorpresivo, como tal vez era antes. Y un paro y medio mentiroso, decían que eran treinta y pico de horas, es todo mentira. Vimos también en las empresas de alrededor poco movimiento.
Trabajador B, Linde Praxair: El paro fue de alto acatamiento, más allá de algunos administrativos que no coinciden con la conducción de la central obrera… Las discusiones surgen en la pérdida del día laboral, que implica quita de premios y jornal. Pero coinciden en la decisión de la CGT. En general, los elementos que la CGT justificó para el paro no generó un rechazo. Decidimos parar porque necesitamos visibilizar el rechazo a las medidas del gobierno tanto laborales como sociales, más allá de estar de acuerdo o no con la dirigencia cegetista.
Trabajador, autopartista, Córdoba: El paro tuvo una adhesión de casi el total de los efectivos, pero no llegó a estar parada la planta ya que fueron el total de los contratados (unos 60 contratados), más algunos de las oficinas y supervisores. Las discusiones fueron en torno a parar sin demostrar apoyo a la CGT y más directo a la UOM, con críticas por su «tibieza» con las paritarias de miseria. Algunos trabajadores más politizados u otros más peronistas opinaban que era necesario para ponerle un freno al Gobierno y demostrar unidad que «una vez que la CGT y la UOM se movían, por más que fuera cualquier cosa el paro, había que apoyar». Otra discusión que creo terminó influyendo en la adhesión de los efectivos fue en hacerle una demostración de «rechazo » a las medidas y la postura que venía teniendo la patronal. Esta última postura, general y todo, no terminaba de ligarse al 100 % con las medidas del gobierno en todos los sectores de fábrica.
Juan Contrisciani, Astillero Río Santiago, La Plata, Agrupación Marrón: El paro fue total, o sea, de 36 horas. El miércoles a las 12 hs. se abandonó la fábrica y no se entró a trabajar en los siguientes turnos, y todo el jueves estuvo cerrada. La principal discusión es con el gremio porque movilizó el miércoles 9, y el 12/3 y el 19/3 también movilizó, pero lo que está muy postergado es el tema de los reclamos propios, de aumento salarial, de trabajo principalmente porque no hay laburo en el Astillero (siempre se ve como un peligro para nuestra fuente laboral). El principal reclamo es cómo esas medidas y movilizaciones, que convoca el gremio y moviliza principalmente a su aparato porque son fuera del horario de laburo, y la adhesión al paro, cómo hacemos para que eso implique también alguna acción en función de estos reclamos. Pero como es una fábrica más anti-Milei, más allá que haya gente que lo haya votado, mayoritariamente es más peronista, el paro contra el gobierno se ve necesario y positivo por ese lado. Después en Ternium de Techint, que es Propulsora Siderúrgica, el gremio convocó a parar y la mayoría de la gente paró, fue un sector de gente pero por cantidad de los que fueron no pudieron poner a producir la fábrica. En YPF, por ejemplo, que es una fábrica que no siempre para, el gremio esta vez movilizó bastante, algo así como 400 o 500 personas. Y al otro día, el día 10, no entró a trabajar las que son empresas de mantenimiento de SUPE, que es el gremio de los petroleros, dejó trabajar normal a las empresas de UOCRA, que son las empresas tercerizadas, y se mantuvo la producción con guardias mínimas de los operadores. Eso por lo menos en las principales fábricas acá de la región.
Luciano Molina, Acindar, Villa Constitución, prov. Santa Fe: En Acindar se realizó el paro totalmente. Parte de la producción ya estaba parada por encontrarse en el periodo de reparación anual, pero también se detuvo esa reparación. Distinta fue la realidad de otras empresas siderúrgicas, como Siderar o Siderca que siendo las seccionales de los dos máximos dirigentes de la UOM no pararon. El día anterior al paro se realizó Congreso de Delegados de la seccional Villa Constitución, donde se mostró la realidad de diferentes sectores expresada por sus propios delegados. Hoy un trabajador de un taller metalúrgico está percibiendo 700/800.000 pesos mensuales, el paro significa perder el día, el premio de presentismo y las amenazas del patrón de quitar plata en negro, que se paga sobre sueldo. Eso hizo que algunos compañeros plantearan no parar para no perder plata. El paro se vio bastante ajeno a los trabajadores, sobre todo por la desconfianza y descreimiento que reina sobre la CGT. Pero sin embargo en Villa hay mucha tradición entre los laburantes y cuando hay paro, se adhiere.
Guillermo, Siderca, Campana, NE Bs. As.: Podríamos decir que el secretariado nacional de la UOM carnereó el paro nacional de la CGT del 10/4, porque Abel Furlán y Naldo Brunelli, secretarios generales de UOM Campana y San Nicolás, dejaron que en Tenaris Siderca y Siderar se trabajará en forma normal. La producción no tuvo ninguna anomalía, no hubo asambleas previas al paro, no hubo declaraciones arengando al paro y no hubo acciones en los ingresos de los turnos para evitar que los trabajadores entren a planta. En Tenaris Siderca Campana se trabajó normal, ya que solo algunos activistas y delegados acatamos el paro. Las discusiones antes del paro fueron muy aisladas, centralmente argumentaban por qué no parar, que se pierde plata y que no cambia en nada nuestra situación, además de denunciar que es político y desde ya había una idea de que la CGT no viene haciendo mucho. Lo que prima como preocupación es que no cerramos paritaria 2024 y la plata no alcanza. Algo a resaltar es que no hay una denuncia a la patronal sobre nuestra situación sino una denuncia a la inoperancia del sindicato, como algo externo a nosotros los trabajadores. Los que paran parten de elementos de conciencia de clase, ven salidas colectivas como posibles, entienden que hay que intervenir en política. Desde ya que es un sector molecular que llevó adelante el paro, hay delegados que actúan con obediencia debida, que si no fuera así no pararían. De todas formas, no es al universo con quien conversamos sino de un tercio de los 4.000 trabajadores de la fábrica.
Trabajador, Toyota, Zarate, NE Bs. As.: Se habló muy poco del paro en sí, se habla mucho de política, pero no sabíamos hasta último momento, la información es malísima en todo sentido. Imagínate que de 70 delegados quedaron 7 para toda la fábrica. Los tipos ya tenían un problema objetivo hasta queriendo movilizar –de que no tienen gente– como para organizar los colectivos. Porque a la militancia la echaron y los delegados ya no existen, ni las comisiones internas. Lo que hicieron fue directamente convocar al que quisiera y que fuera de zona norte, que lo iban dejando después en las diferentes paradas y creo que sacaron cuatro colectivos. Pero hasta último momento prácticamente no se sabía nada, sobre la hora nos dijeron cuándo cortaba el turno. O sea, fue un desastre en todo sentido.
Alejandra, SIAM, Avellaneda, sur GBA: El paro tuvo un 30 % de acatamiento. Todos los que fueron a trabajar eran chicos nuevos, la mayoría del 40 % de la fábrica que entró hace dos meses a trabajar. Del 30 % paró son mayoría efectivos viejos que más que nada hicieron paro por descontento de las condiciones de trabajo, además del salario. Es decir, cómo estamos adentro de la fábrica, muchos están rotos, con lesiones producto de los ritmos y de la acumulación de años. Y además sobre todo porque se venía peleando por el premio a la producción, que es un número bastante elevado, para que haya un aumento. Y la empresa tomó medidas, como sacar el café de la mañana que daban gratis y una entrada en el plato de comida, pero se consiguió que aumente 100 lucas el premio de producción. Es irrisorio pero bueno, se vive esa situación. No había un ambiente muy político del paro, era más bien despolitizado, porque los delegados lo hacen así. Mis compañeros ni siquiera entendían porque había que parar, es como que lo ven como impuesto de arriba y lo único que hace es descontarles plata.
Trabajador, Finning Caterpillar, Tortuguitas, 600 trabajadores, 1/3 bajo convenio UOM: El día anterior hicimos una asamblea extensa por el paro. Un laburante arrancó diciendo que siempre acompañó las medidas de paro y quites de colaboración pero que en esta oportunidad no iba a parar porque al estar justo con el sueldo no podía soportar el descuento de un día de paro, además agregó que el sindicato siempre nos dejó tirados, ni hablar la CGT que es culpable el desastre social. En esa línea se encolumnaron varios más. Algunos con posiciones más patronales, otros no tanto, pero con miedo. En general se llega con el sueldo justo pero que nos descuenten un día no afecta tanto. El problema es que nuestro nivel de vida cambió, estos compas tienen vehículos de gama media, media alta, nuevos, hijos en colegios privados buenos, etc. El costo de mantener este estándar de vida de clase media es muy difícil en este contexto y creo que la carneada masiva es un intento de seguir manteniendo lo poco que tenemos por una vía incorrecta y de conciliación, por miedo también. El paro fue parcial. De tres plantas, dos pararon y una no. Contradictoriamente las otras dos plantas históricamente carneras votaron parar, ahí primó la línea más «orgánica» del sindicato.
Edgardo, Maderera, prov. Mendoza: Me encuentro con algunas líneas de pensamiento diferentes: está el trabajador que prioriza el día de trabajo antes que el reclamo, esperando que los que salgan a protestar consigan algo que a él lo beneficie; por otro lado, están los compañeros disconformes con los resultados de las últimas paritarias, entonces no se sienten representados por el sindicato y entienden que participar en una movilización, en un paro convocado por la CGT, es estar apoyando a la institución que no consigue los salarios que ellos merecen; y, por último, nos encontramos con compañeros que tienen una conciencia social más desarrollada que participan en diversas organizaciones de su comunidad o en la misma vida sindical. Y esos compañeros, si bien no dejan de trabajar, van a participar de las acciones convocadas. Igual estas tres líneas de pensamiento tienen un factor común que las une que es justamente que la relación entre el costo de vida y el salario real ya es insostenible. Entonces todos coinciden en que el paro sí es necesario. En este sentido por lo menos en Mendoza el paro queda limitado a las cúpulas sindicales con sus aparatos… si la clase trabajadora puede hacer un salto en su conciencia entendiendo que nuestra fuerza radica en una unidad y la organización este paro lo tenemos que tomar como una punta de lanza de un plan de lucha generalizado.
Stella, Mondelez (ex Kraft, ex Terrabusi), Pacheco, norta GBA, turno mañana, Agrupación Bordó: Paró el 90 % de la fábrica. La previa al paro era de incertidumbre porque es una burocracia que le huye al debate. Rodolfo Daer le huye a la asamblea, como le huye toda la CGT. Así que las discusiones previas más bien fueron de pasillo o lo que se podía en horario de descanso, por separado. Acá esperaron hasta el último día solo para informar lo que decidieron en un plenario, sin discutir con las bases. Y eso es lo que molesta. Porque la estamos pasando re mal, vivimos dentro de la fábrica. Pero no solo nosotros sino nuestras familias. El ajuste nos golpea por donde lo mires. Con esto te quiero decir que se paró a pesar de la dirección del sindicato y la interna. Porque pesó más esto que te digo, que la situación que estamos viviendo dentro de la fábrica. Retrocedimos en derechos, un día antes del paro le dieron de baja a más de 100 contratados cuando puestos de trabajo ¡hay!, hay despidos discriminatorios como el del compañero Jesús Castro… todavía estamos esperando que nos explique el sindicato y la comisión interna por qué hay un cupo por faltar por hijo enfermo, un ataque directo hacia las mujeres. Por esto y otras cosas te digo fue un gran paro que demostró la gran fuerza que tenemos los y las de abajo. No se decía como en otros paros «paramos al pedo», «no sirve», no, para nada, creo que se estaba esperando hace rato esta medida. Incluso los tercerizados que no los dejaron parar, esos sectores que están obligados a aceptar las condiciones que les digan, un compañero me decía «a nosotros nadie nos ve». Y es eso, no solo somos los efectivos, hay un enorme sector de tercerizados, trabajadores sin ningún tipo de derechos que cada vez son más y estas direcciones miran para otro lado.
Julio Tévez, Mondelez, turno tarde, Agrupación Bordó: El paro fue contundente en Mondelez, en los 3 turnos, más allá de la bronca con la CGT y el STIA, que junto con la comisión interna vienen dejando pasar el ajuste que viene llevando adelante esta empresa multinacional. Con despidos armados y suspensiones arbitraria y persiguiendo a la oposición dentro de la fábrica, como es la agrupación Bordo, que convocamos al paro en los 3 turnos en los comedores… En la base se debatió si tendríamos que tomar el paro como propio, si con el aumento miserable que cobramos –febrero 2 %, marzo 1,9 %, abril 1,8 % y que firmó la burocracia sin consultar– ahora ellos no iban a parar. Pero se discutió tanto en la intervención en el comedor que se terminó parando y con mucha fuerza. Las fábricas cercanas como WG, la Ford también tuvieron paro total.
Diego, Georgalos, planta Victoria, norte GBA, Agrupación Bordó: El paro en la empresa fue de un poquito más del 50 %. Comparado con los anteriores este fue el que más gente fue a trabajar, en esto hubo un retroceso. Las discusiones que hubo, la principal fue por el tema de la plata, se notó mucho que los que fueron a trabajar no querían perder plata. También había miedo de faltar cuando tenían medios para llegar. Aunque tengan el auto si hubiese sido que no hay colectivos habría sido más masivo pero con la situación que está pasando afuera, que hay despidos y no hay trabajo… Nosotros cuando discutíamos por qué parar o no, aparte del contexto del país, la reforma laboral, tenemos nuestras propias peleas y la empresa no nos viene dando bola. No nos pagó el bono de fin de año, nos liquidó mal arbitrariamente las vacaciones y reconoció que estaba mal pero no se ajustó y eran 150.000 pesos de diferencia. Y eso también lo recalcamos: “no podés perder plata parando pero cuando la empresa te quita la plata no decís nada”… Pararon los obreros que son más conscientes pero a pesar de la CGT. Hasta compañeros que nunca iban a trabajar en un paro, metieron la excusa de que no podían perder plata.
Cristian Juárez, Georgalos, Agrupación Bordó: En Georgalos el paro tuvo una adhesión parcial. No fue contundente, pero tampoco pasó desapercibido. A lo que dice Diego, agrego también el miedo: con los despidos en otras fábricas, suspensiones y una política general de disciplinamiento, es un factor importante que juega en contra. Y se suma a la desconfianza en la conducción de la CGT, y del mismo sindicato de la alimentación, que convocó al paro sin plan de lucha ni propuesta real. Muchos compañeros decían: “¿para qué parar si después no pasa nada?”. La bronca existe, pero no encuentra una dirección que la canalice. El paro expresó esa tensión: hay voluntad de lucha, pero falta organización desde abajo para sostenerla.
Zunzu, Coca Cola, CABA: Trabajé hasta el día martes, porque justo entré en vacaciones. Estuve de noche y hasta ese momento había un sector que estaba categóricamente a favor del paro, eso muchas veces no pasa, y después otro sector diciendo que a Alberto [Fernández] no le hicieron paro, que ahora salen hacer paros los gordos esos traidores. Mucha crítica a la burocracia. Finalmente, hubo paro ya que en los días previos se respiraba un clima de bronca por la inflación y los últimos acuerdos salariales que fueron miserables. También hay opiniones que plantean que no sirve un paro de un día para parar el ajuste de Milei que cada día genera más descontento en muchos compañeros que lo votaron para sacar al peronismo y que la CGT los realiza para descomprimir la bronca obrera.
Fernando, FF. CC. Mitre, Agrupación Naranja Ferroviaria: El paro sorpresivamente fue casi absoluto, salvo algunos de cargos jerárquicos, tuvo un acatamiento altísimo en la mayoría de líneas y sectores. Y planteo lo de sorpresivo porque como sucedió en la mayoría de los gremios, el nivel de preparación del paro fue nulo. La convocatoria fue sin ningún tipo de comunicado oficial, sino a través de una historia de instagram o estado de whatsap que recién empezaron a circular un día antes del paro. Por lo que el debate los días previos fue alrededor de si efectivamente la UF iba a sumarse al paro o hacer medidas parciales como pasó con el paro nacional del 24/01/24, realizando una medida de unas pocas horas. Creo que el elemento que llevó a que el paro fuera tan contundente fue en gran medida la bronca que crece en todas las líneas por el ataque al salario, en primer lugar, también el avance sobre conquistas que empeoran las condiciones en el laburo. Todo sobre la base de un gran temor a los despidos que empezaron a anunciarse, como parte del plan privatizador que el gobierno viene llevando adelante sobre el sistema ferroviario.
Andrés Padelaro, FF. CC. Roca, sur GBA, Agrupación Naranja: El paro del FF. CC. fue muy confuso para los trabajadores. No salió ningún comunicado del sindicato, eso trajo incertidumbre: 1) miedo a tomarse el día y perder el día más suspensión por no venir; 2) otros vinieron para que no tengan el descuento del día; 3) otros estaban a favor del paro; 4) a favor del paro y que había que movilizar. De todos modos, el paro fue masivo. La burocracia movilizó 40 ferros nada más. Es una burocracia fuerte pero así y todo hay bronca contra el sindicato y eso se notaba en la charla, cuando cuestionábamos al sindicato por la paritarias del 1,5 % que aceptaron, los más de 1.000 despidos, como los retiros voluntarios, y el acuerdo con las privatizaciones.
Agustina, Subterráneo línea D, CABA, delegada, sector de Tráfico, Agrupación Bordó: El paro en el subte fue total el nivel de adhesión, fuertísimo. Estuvieron las seis líneas y el premetro parados todo el día. La empresa, junto con Sbase (Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado que tiene a su cargo la red de subtes) y la UTA hicieron sus jugadas para que la gente fuera a carnerear el paro, se les ofrecía obviamente el pago del día, hablaron con mucha gente para que fuera, pero la realidad es que fueron muy poquitos, 5 personas, algo que no te permitiría de ninguna manera dar servicio. Hubo muchas discusiones alrededor de parar o sí o no parar porque hay mucho descreimiento en las direcciones sindicales, de la CGT y de la CTA, se ve con mucha bronca el rol pasivo que están teniendo y dejando pasar todo este ajuste. Sin embargo, la mayoría a pesar de esta contradicción por ser legítimo los reclamos o la bronca que hay por cómo tratan a los jubilados y a las jubiladas. Creo que también porque hay tradición de lucha en el subte, pero aparte hay una sensación de que hay que hacerle frente con los métodos históricos de la clase trabajadora. Los delegados y delegadas de la Bordó dimos la pelea al interior del sindicato que se hicieran asambleas y no se tomará este paro de forma rutinaria, que es lo que quería y a lo que apostó la CGT, y la ganamos porque en el plenario de delegados acordamos que todos tenían que hacer asambleas y sirvió, porque los compañeros están cansados que se los dirija desde arriba y lo lleven de las narices, y se dieron buenas instancias de intercambio.
Pablo Peralta, subterráneo línea H, CABA, Agrupación Bordó: En el subte la gente, en general, tiene disciplina sindical. Obviamente lo de los jubilados fue conocido, seguido por los compañeros, rechazado y repudiado, pero el paro de la GCT llegó varias semanas después con lo cual no estaba tan presente. Se acompaña por acompañar, hay poca gente ahí donde trabajo yo que somos 150/170, que fueron a trabajar menos de 10 personas. Esa gente va a trabajar para ver si le pagan el día. La mayoría había parado y también los supervisores con los cuales se daba por sentado que el paro iba a ser. Los delegados habían quedado que hacían asamblea pero no hicieron en casi ningún lado. No quieren discutir mucho, hay gente mileísta, gente que odia a la CGT, no quieren enfrentar esas discusiones de que hay que parar a pesar de… Pero el paro en el subte fue muy contundente y con los supervisores y toda la empresa no hizo más que un acting de segunda.
Trabajador, Aerolíneas Argentinas, Ezeiza: En hangares, el paro fue contundente. Hicimos asamblea, eso ayudó mucho a que los compañeros paren. Marchamos y paramos. Aerolíneas es el enemigo número 1 del gobierno, hasta ahora no pudo con nosotros. El paro es contra el gobierno que nos tiene con salarios de hambre. El sentimiento que no alcanzó con un día, la gente quiere ganar. En las covachas, sector de descanso, se habla mucho. Los compañeros estamos sin un mango, no llegamos al 10, tenemos que pedir préstamos a Mercado Libre, hacer changas después del trabajo, bancamos a nuestros padres jubilados, tenemos familia, alquilamos. Es una re presión. Pero en este paro no teníamos más que perder, nos van a descontar el 10 % del salario. Esa guita no vale nada, la bronca fue mayor, no hubo carneros. Ese sentimiento empieza a crecer y se puede transformar en lucha. A los tercerizados los hicieron trabajar, es un sector que votó a Milei. Por bronca, ellos son los mas golpeados, en salarios y derechos, en este paro querían parar. Eso me llamó mucho la atención.
Luciano Corradi, GPS (terciarizada de Aerolíneas Argentinas), Aeroparque, Agrupación aeronáutica El Despegue y dirigente de la Comisión Interna: El paro fue contradictorio. La aeronáutica paró por completo, o sea es un paro total porque pararon los pilotos y los tripulantes. Esos sectores pararon al 100 %. Los sectores más combativos de los aeropuertos pararon. La contradictorio es que hay una bronca absoluta con la CGT, hay desconfianza de que estos paros, aun cuando muestren la fuerza de la clase trabajadora, puedan servir para algo, porque están con mucha diferencia entre un paro y el otro. Se ve a las centrales sindicales que están transando con el gobierno, que es un paro sin ganas. En este sentido hay una pelea por el balance. En los sectores de aerolíneas de tierra el paro no fue ni en pedo del 100 %, según mis cálculos, fue de un 60 %. En GPS, donde la burocracia directamente no sacó ningún comunicado adhiriendo al paro, el único delegado que tiene la burocracia mandó un mensajito de whatsapp diciendo «al haber paro, el que quiere vaya el que quiere no, van a descontar el dia», haciendo todo lo posible para que la gente vaya a laburar y, sin embargo, calculamos que hubo un acatamiento del 50 %.
Damián, Edesur, oeste GBA: Laburo hace 18 años. Debe haber unos 2.500 trabajadores y además no menos de 2.500 registrados tercerizados en subsidiarias de Edesur, las llamadas contratistas. La realidad es que es muy difícil llegar a un número preciso porque es un sector muy golpeado, precarizado, donde la nómina de empleados es siempre una incógnita. Tradicionalmente Luz y Fuerza acata orgánicamente los paros de la CGT. En los últimos dos períodos de Mancuso como secretario general se boicotearon los paros. No convocan a movilizar, no hay asambleas ni instancias de debates propuestas por la burocracia. La base acata las medidas del gremio aun con el desprestigio y la bronca que hay con la dirección del gremio. Quedó una guardia mínima y hubo un altísimo grado de acatamiento. La discusión por el paro no fue muy profunda en mi área, más de uno planteó el problema de los descuentos, pero había mucho consenso con el paro. La ubicación general es que el que no para es carnero y eso tiene peso en la vida interna de los sectores por bronca con el gobierno y por una disciplina orgánica con el gremio, a pesar de estar deslegitimados en la base.
Ariel, Secco (empresa de energía), oeste GBA, delegado: El paro fue contundente en el marco de que como es generación de energía eléctrica, o sea un servicio esencial, se tiene que garantizar a través de guardias mínimas. La empresa está en todo el país y tienen diferentes negocios. Hay varios sindicatos, UOM en Rosario, Luz y Fuerza en varias provincias y CTA es lo más chico, donde estoy somos cerca de 100 trabajadores, donde hubo asambleas y pudimos intercambiar sobre la situación, sobre los motores del paro. Se ve el ajuste e incluso el contexto internacional con Trump y los salarios del conjunto de los trabajadores por el piso. Había también un sector en la base que opinaba que el paro era al pedo «qué no servía, no cambia nada», otro sector decía que no se sabía cuál era el reclamo, o que al otro día vuelve la normalidad y sigue todo igual. En todos los sectores hay bronca con la burocracia y se ve el paro dentro de su juego y no a favor de los trabajadores. Un sector activista venimos siendo parte hace varios miércoles de acompañar a los jubilados. Entonces también estaba presente que en parte se arrancó el paro por la presión de las bases a la burocracia, con intervención destacada de los jubilados. Hubo compañeros de Secco que fueron detenidos en la movilización donde estuvieron las hinchadas. Sobre burocracia hay más dudas, hay un desprestigio enorme de los sindicatos. Nosotros que estamos en la CTA, no hay ninguna confianza de que cambie la burocracia, pero la política de pasivilización del kirchnerismo de alguna manera golpea en pensar un imaginario y cómo enfrentar a las burocracias.
Flor Saracho, Telecom, Agrupación Violeta: En las telecomunicaciones fue un paro fuerte. En un plenario de delegados y delegadas habíamos resuelto que el paro fuera de 36 horas, pero pocos días después la conducción de Foetra con Claudio Marín a la cabeza decidió burocráticamente resolver que fuera de 24 horas sin ningún tipo de consulta, por encima de lo que votaron cientos de delegados. A pesar de la burocracia, adhirió el 70 % de Foetra aproximadamente, en empresas como Telecom, Movistar, Claro y Arsat. Fue muy a pesar de la bronca, que se expresó contra las dirigencias sindicales, no solo de la CGT sino también de Foetra, muchos preguntándose «se para un día, ¿y después qué?» con mucha desconfianza hacia las dirigencias sindicales porque se ve que vienen dejando pasar los ataques o que las empresas avance contra nuestras condiciones de trabajo, acordando sin consultar nuestros salarios con paritarias muy por debajo del costo de vida. El apoyo a las y los jubilados es muy grande, y eso despertó que a pesar de esa bronca, después de recorrer los distintos lugares donde trabajamos delegados y en nuestro caso militantes de la agrupación Violeta, nos permitió discutir que la bronca no podía llevarnos a no parar. Telecom que es parte del grupo Clarín donde vienen suspendiendo todos los días a distintos compañeros sea por errores humanos, porque no te justifican los pedidos médicos o porque buscan que aumentemos nuestros ritmos de trabajo para ganar más millones de los que ya ganan a costa nuestra y de los tarifazos. Si bien en Telecom hay miedo por estas suspensiones, que vienen generando hasta problemas de ansiedad y de estrés, fue con intercambio entre compañeros y en asambleas que se fueron convenciendo quienes tenían dudas porque sabemos que solo podemos en nuestra fuerza para frenar a estas empresas.
Tomás, EPEC, Córdoba: En la empresa el paro tuvo una adhesión altísima. Y cuando paramos el sector operativo se detiene también la cadena con las tercerizadas, porque no hay control, no hay ninguna de las funciones que cumplen los compañeros de la empresa para que puedan coordinarse con las tercerizadas. Eso hace que el paro también se extienda o al menos no tengan tareas relacionadas con la empresa, después no sabemos qué pasa en las tercerizadas. Antes de que el gobernador firme el decreto de la conversión a Sociedad Anónima de la empresa se había conseguido que sea con abandono el miércoles para acompañar a la ronda de los jubilados y que, desde ese punto de vista, sea un poquito más activo el paro. Pero con la firma del decreto en vez de ir a la ronda se hizo una asamblea general que tuvo una alta concurrencia. No fue la asamblea más masiva pero sí el sindicato planteó un plan de lucha que en todos los sectores donde nos cruzamos nos dicen qué les pareció que fue insuficiente. Al menos todo el mundo opina que el plan que lanzó el sindicato para responder al ataque del gobernador no está a la altura. El jueves fue paro “matero”, en la que sí en las guardias, se abrieron muchas discusiones que están en curso. Sobre el paro todo el mundo coincidía en que ni la CGT ni la conducción del sindicato querían usar el paro realmente para afectar en algo al gobierno o a las empresas, sino que más bien era una respuesta como que algo había que hacer ante la represión al jubilado y los ataques del gobierno, y se sumaba el ataque del gobierno provincial a nuestra lucha.
Tomando en cuenta la pérdida de poder adquisitivo y los últimos anuncios (índice de inflación, devaluación, nuevo acuerdo con el FMI), ¿se habla posparo sobre cómo seguir? ¿O de cómo superar la contradicción de las conducciones burocráticas en la organización de los trabajadores?
Juan Contriciani, Astillero Río Santiago: La discusión es cómo seguirla porque bueno, más allá de esas medidas que se toman y se ven positivas como el paro, la movilización y acompañar a los jubilados, como eso viene desde arriba, desde el gremio, muchos compañeros en los sectores dicen “bueno, qué hacemos para nosotros, para mejorar nuestro salario, para pelear por el Astillero, para pelear por insumos, por la inversión que necesitábamos, porque se contraten más construcciones de buques”. Todo eso decantó en una asamblea abierta, votado primero en amolado y cobrería como propuesta entre los sectores que reclaman asamblea general que son la mayoría. De la recorrida y asamblea participaron unos 150 trabajadores que muestra el descontento que hay con la burocracia y muchos cuestionamientos al gobierno de Kicillof que en 6 años no hizo ninguna inversión. En la asamblea de dirección se quedó que en 15 días convoquemos a una nueva asamblea. Amolado ya lo había intentado el año pasado, pero no tuvo mayor convocatoria por fuera del sector, lo cual muestra que hay otro ánimo a empujar más desde la base. Todo esto muestra que hay un estado de ánimo cambiante de lo que venía pasando hasta ahora.
Luciano Molina, Acindar: El paro nacional deja ese gusto agridulce. Los siderúrgicos venimos con un atraso paritario de 10 meses, con algunas monedas que van adelantando la patronal, siempre pidiendo algo a cambio. La conducción nacional de la UOM dictaminó en el Congreso Nacional que iba a un plan de lucha de asambleas y paros escalonados de 24, 48 y 72 horas, pero sin fecha aún. Eso es parte de descreer de los dirigentes sindicales y ver las alineaciones políticas que establecen en épocas de campaña. Los trabajadores saben que la CGT no quiere enfrentar al gobierno y que la UOM no quiere enfrentar a Rocca. Así que es difícil pensar en cómo se sigue con estas conducciones. Por abajo se habla de organizarse, de marchar y de muchas cosas, pero aún falta un poco para que esos dichos pasen a los hechos. En la elección de anoche [elección en la provincia Santa Fe] saqué como candidato un 7,5 % en la categoría convencional constituyente departamental. En el marco de toda una apatía y de mucha desinformación donde solo votó menos del 60 %, es todo un síntoma que un obrero metalúrgico recoja ese apoyo de la población, más aún en momentos en los que la patronal de Acindar busca avanzar con despidos, flexibilización y ataques. Hoy cerca de 50 compañeros me pararon, «eh yo te voté, yo te voté». Todas cosas así, felicitándome gente con la que hablo habitualmente y otra que no.
Trabajador, Toyota: Muchas repercusiones no hay, porque no fue nadie prácticamente. Después charla política sí, sobre todo en los más grandes y mucha preocupación por la situación en general de la fábrica, bah de nosotros en la fábrica, la fábrica no tiene problema de producción ni de nada y está echando gente a mansalva. Vienen más por ahí la preocupación y la incertidumbre… En nichos, se habla del tema de la devaluación del dólar, del endeudamiento y en general mucha bronca y también por el tema de los jubilados. Se habla nada más entre gente conocida, muy conocida, porque es una caza de brujas y hay que cuidarse mucho con quién hablar. Están todos igual, de supervisores para abajo. En 2024 incorporaron el tercer turno, rotativo, llegaron a ser unos 5. 000 aproximadamente, avanzaron con unos 400 retiros voluntarios, pero ya este año siguió la canilla de los retiros, la burocracia dejo pasar y le despidieron o invitaron a que se vayan 60 delegados, ante esta cuestión el hijo de Piganelli se hizo cargo de la conducción sindical de la fábrica en forma burocrática.
Trabajador, Finning Caterpillar: Posparo no se habló sobre cómo seguir, sobre cómo superar a las conducciones burocráticas, solo un grupo reducido planteó que tendríamos que cambiar de sindicato.
Trabajador, autopartista, Córdoba: Se siente un consenso general que se viene una jodida y, en lo que se percibe, muy poco convicción u apoyo en las últimas medidas del gobierno. Hay crítica hacia la burocracia de la UOM pero no se termina de instalar una discusión en tanto a superar las contradicciones, aunque las críticas y el rechazo a la burocracia no son «livianas». Hay un odio de años y unificado, no descarto que se pueda profundizar las discusiones, aunque el cuerpo de delegados es muy tibio y no se juega a instalar hasta el final tema.
Trabajador A, Linde Praxair: Tengo un pensamiento ya más mío, el tema de que a veces tenés que estar esperando y dependiendo de la CGT que haga una medida de fuerza. Sin embargo, era decir no, tenemos que ir a empujar entre la cantidad de trabajadores que podamos salir a la calle y ver cómo cambiamos esta situación, porque si no nos movemos nosotros, estos no pasan por encima. Y estar esperando a la CGT que mueva a los trabajadores me parece vergonzoso.
Trabajador B, Linde Praxair: El mayor debate que se habla, no solo posparo, es sobre la conducción de la central obrera, y la omisión de los sindicatos en plantear un debate dentro de las bases y en los plenarios. El diálogo con otras bases de fábrica, otros compañeros, tiene que ir dirigido a poder manifestar dentro del sindicato nuestra disconformidad en la falta de liderazgo sindical de la CGT.
Trabajador, Vicentín: Ahora estamos viendo por qué la CGT se demoró tanto para hacer un paro nacional y también nos gustaría que la CGT se acerque a hablar con el trabajador de Vicentin, nos tienen tirados ahí, más allá que el sindicato aceitero está por ahí dando un poquito la cara, pero me gustaría también que la CGT nos de una manito, nos apoye, ellos son muy fuertes.
Trabajadora, Dreyfus (aceitera): En cuanto a la CGT creemos con otras compañeras que no llama a una unión, sino que divide fuerzas, que no lucha por los derechos de manera igualitaria. Es necesario cambiar de dirigentes, buscar más participación con la gente.
Trabajador, Dreyfus: Yo creo que se necesita un plan de lucha un poco más específico de toda la clase trabajadora. No puede ser que los jubilados cobren $300.000 y encima le sacan los medicamentos y más aún les pegan y hasta le tiran la pimienta, es algo incomprensible. Creo que necesitamos urgentemente un cambio de política económica, la política económica de hambre para los jubilados, trabajadores ni hablar de las pymes, los chicos. Encima tenemos que escuchar al presidente decir que recién le va a poder dar un aumento a los jubilados cuando aumente la masa laboral, que sin más de esta masa laboral… que pasa todo lo contrario. Más de 250.000 fuentes laborales formales ya se perdieron y eso sin tener en cuenta que los informales, que si mal no saco números siempre fue más o menos un 60 % de trabajador informales, o sea que deben dar más de medio millón (quizás vos tenés números más certeros), pero no creo que ande muy lejos de eso. Esta es la gestión de los empresarios que nos desprecian a todos los trabajadores y todo indica que esto se va a agudizar más.
Trabajador, Molinos, Rosario, delegado: Y nosotros estamos a favor de la huelga, de la lucha, pero bueno el paro sirve en la medida que se siga con un plan de lucha, que no es la idea de la CGT, pero bueno nosotros nos tenemos que ir con la CGT en este caso y bueno y pedir desde abajo, como te decía antes, desde las bases que siga el plan de lucha. Respecto a la CGT realmente no nos sentimos representados, por lo menos yo no me siento representado para nada, con esta conducción totalmente burócrata, que deja su representados con salarios de miseria, muchos de ellos trabajando y siendo pobres, y están ahí arriba bien burócratas. Todo lo contrario, lo que uno piensa que tiene que ser el sindicalismo y los sindicatos y obviamente los dirigentes. Pero bueno, tienen su fuerza y habrá que seguir luchando a la cabeza o con la cabeza de ellos de la CGT.
Mariano, Ingenio Ledesma: me parece que las direcciones sindicales de los gremios azucarero son los encargados de desmoralizar las luchas y eso hace que las peleas que se dan en los gremios sean solo salariales.
Stella, Mondelez: Sin ir más lejos, hoy en uno de los tres bondis que me tomo para volver a casa, venía escuchando una conversación entre dos choferes. Decían que ellos debían haber parado, porque hay pibes que están entrando a trabajar haciendo un recorrido de 12 horas y se las pagan ¡normal! y que se abusan porque son nuevos, ¡son pibes! Por eso, ellos opinaban que se debía parar mínimo 3 días… bueno, creo que esto es lo que se está empezando a gestar desde abajo, creo que siempre hubo bronca hacia las direcciones sindicales pero esta vez se siente más.
Julio Tévez, Mondelez: Todavía la representación gremial no dice nada pero entre los trabajadores en los diferentes turnos venimos intercambiando el miserable ahora del 2.0 % que tuvimos en este primer tramo de paritarias de la alimentación.
Cristian Juárez, Georgalos: En los pasillos, entre compañeros, se habla todo en tiempo de que esto no alcanza, de que necesitamos algo serio. Hay que superar esto, empezar a construir por abajo, con espacios donde decidamos nosotros qué hacer y cómo. No quedarnos con la crítica a la CGT, sino de pensar cómo nos organizamos más allá de ella.
Fernando, FF. CC. Mitre : Cada vez más sectores se preguntan cómo hacer para enfrentar a este gobierno que avanza con una dirección en los sindicatos que no enfrenta seriamente sus ataques. La gran discusión que hubo previo y posterior al paro fue para qué sumarse a una medida aislada que se sabe no va a tener continuidad en un verdadero plan de lucha. Sobre todo entre quienes vienen siguiendo y participando de las movilizaciones los miércoles, apoyando la lucha de los jubilados, colaborando con rifas y apoyando a otros sectores en lucha como fue con los estudiantes el año pasado. Se plantea la necesidad de fortalecer una alternativa que busque recuperar nuestro sindicato, pero esta pelea no solo tiene que enfrentar el rol de la burocracia más dialoguista sino también años de resignación que presionan a creer que no es posible conquistar otro tipo de sindicato, uno realmente democrático que defienda a las y los ferroviarios.
Agustina, Subterráneo línea D: Se habla de que hay que seguir no tanto de cómo. Hay mucha bronca por el poco aumento de salario y las empresas terciarizadas que está metiendo el Gobierno de la Ciudad, que realizan tareas que están bajo convenio con trabajadores que cobran una tercera parte de lo que nosotros cobramos. Hay como una sensación de que la crisis nos está tocando, que es algo que la dirección del sindicato AGTSyP trataba de minimizar, diciendo «no estamos mal, no tenemos tantas derrotas, quedémonos así de tranquilos»… pero la directiva cada vez pelea menos. Y se empieza a discutir ahora qué hacemos. No hay una vanguardia extendida en el subte que diga vamos a organizarnos a pesar de las direcciones burócraticas, pero sí se está acumulando bronca y el subte es un lugar de mucha tradición y mucha historia. De hecho hubo un paro de una hora el día siguiente, el 11, por el tema de las empresas terciarizadas y más allá que no se pudo trabajar porque se definió medio de un día para el otro por la situación de gravedad que veíamos, los trabajadores la bancaron. Desde la agrupación Bordó, que somos la única oposición a la dirección kichnerista del sindicato, están nuestras manos ser parte de esa bronca y organizarla.
Pablo Peralta, subterráneo línea H : El subte tiene la tradición más bien de que el salario se defiende en el subte. No hay una visión de que ayude el paro general a eso. Hay reclamos de la paritaria, nosotros hasta ahora veníamos siguiendo el índice de inflación. Veremos qué pasa ahora que hay un salto porque lo seguimos con dos o tres meses de atraso. Y hay ciertos reclamos porque bueno, está eso de que el índice de inflación no refleja la situación verdadera de los aumentos de precios. El sindicato había firmado un documento que plantea que el índice de precios refleja la inflación del aumento del costo de vida del trabajador con un 15 % de pasaje. Entonces eso hace que la gente diga «bueno, reclámenlo» y el sindicato no reclama nada. O sea, nos actualiza los índices de inflación porque la empresa con la actualización salarial actualiza los montos de los subsidios que le da la Ciudad. Pero esa preocupación no estuvo ligada al paro general que obviamente va a darse porque todo el mundo siente que hay un manotazo al bolsillo nuevo.
Luciano Corradi, GPS: Hay un planteo es que, si verdaderamente quieren enfrentar al gobierno, nadie cree que las centrales sindicales lo estén haciendo, tiene que haber paro de más días, 48 o 72 horas y entonces ahí el gobierno empieza a flaquear un poco más.
Trabajador, Aeropuerto de Córdoba: Yo siento post medida de fuerza es que quedó gustito a poco. Se dan cuenta de que son medidas que no alcanzan para cambiar el rumbo. Entonces están más preocupados por lo que pasa con el dólar, por el escándalo este, por la respuesta del mercado el día lunes que por la cuestión sindical propiamente dicha o por las actitudes que vaya a asumir al CGT. Hay despolitización en ese aspecto, pero no es gente que esté desinformada. Por otro lado, están muy al tanto de la agenda que plantean los medios. Entonces eso conspira un poco para hablar más concretamente de la organización de los trabajadores, la salida que pueden plantear los laburantes o el papel que cumplen los laburantes en la relación de fuerza, cuesta un poco. Y si noto mucha desesperanza, mucha apatía y preocupación por toda esta cuestión que consideran que está por fuera de lo que podamos llegar a manejar como laburantes.
Tomás, EPEC, Córdoba: Después del paro sí se discute, todos estos días fueron de mucha incertidumbre y en la guardia y en todos los sectores de la empresa se sigue mucho la situación política. Y nosotros entraríamos en una discusión paritaria en el marco del conflicto. En el marco de la creciente inflación y la pérdida de poder adquisitivo dilatar la paritaria va a ser una carta que tenga el gobierno pero el descontento con la conducción crece cada día. En ese sentido los lugares a donde tenemos algún tipo de voz o con los que discutimos pedimos pelear para que haya asamblea antes del paro, después la realidad impuso esas asambleas y quite de colaboración sin la aprobación de la conducción. En el marco de la lucha esa discusión depende mucho de que haya un sector que las plantee, por ejemplo, el que el paro tenía que ser activo y la movilización que hubo en Río Tercero con los compañeros que opinaban que el jueves había que hacer algo estaba bien vista. En general se veía mal estar el jueves sin movilizarse.
Flor Saracho, Telecom: Se habla sobre todo de que la situación así no va más, que tenemos que hacer algo más para que cambie aunque todavia no se canaliza en organización. El miedo y la pasivización, producto de la política de la conducción sindical, generó resignación que es lo que viene militando la burocracia. Pero, por otro lado, empezamos a unirnos más desde abajo, entre trabajadores de Foetra y de Satsaid, que ambos son sindicatos de las telecomunicaciones y que trabajamos en Telecom. Muchos compañeros empiezan a ver lo que empresas, burocracias y gobiernos quieren dividir. El 15/05 tenemos las elecciones sindicales en Foetra y es una oportunidad para expresar el apoyo a una alternativa pero también para fortalecer la organización desde abajo, la tradición de unirnos efectivos y precarios, sin distinción de si estas afiliado a tal o cual sindicato, para recuperar nuestros sindicatos como herramienta de lucha no solo a favor de nuestros intereses sino de los de todos los trabajadores y trabajadoras ocupados y desocupados, y de nuestros jubilados.
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Andrea Polito
@_AndreaPolito
Redactora de La Izquierda Diario