Festejos y alarmas encendidas en el Senado. En los últimos días, se registraron algunos “ enroques” en el círculo más cercano de la vicepresidenta Victoria Villarruel. En su entorno hablan de un “relanzamiento de gestión”. Los trabajadores del Senado, en cambio, festejan algunos movimientos, pero alertan que en la «purga interna» que se puso en marcha ganan protagonismo «figuras que preocupan».
El Poder Ejecutivo no deja de desairar a la vicepresidenta. La cadena nacional que protagonizó el presidente Javier Milei este viernes fue una muestra más de lo rota que está la relación. Del mensaje participó -además de ministros y la hermana del mandatario- el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem.
En cambio, Villarruel brilló por su ausencia. Pero ese mismo viernes, horas antes de la cadena nacional, se habían producido una serie de movimientos que dejan entrever que la titular del Senado busca darle un impulso a su gestión, valerse de los instrumentos de la Cámara alta y ganar peso político.
Adiós a los caza-ñoquis
“Echaron a Gonzalo Izurieta (director General de RR.HH.), y Grisela García Ortiz (directora General de Jurídico)”, dijo una fuente del Senado en diálogo con este medio. Ambos funcionarios de la Cámara alta eran señalados por haber despedido empleados del Senado de manera «discrecional» en octubre pasado.
Como fuera, y más allá de los rumores que circulan por los pasillos del Congreso, lo cierto es que no fueron «echados» de sus cargos. Sino, trasladados a otras áreas. Con ellos volvió a la Cámara alta el control de presentismo a través de la lectura de datos biométricos. También se los señaló por haber impulsado “controles extremos y medidas disciplinarias poco entendibles”.
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Villarruel corrió a dos funcionarios que generaron malestar en el Senado.
Mariano Fuchila
Ambos habían sido integrantes de la Comisión de Análisis de la Dotación dedicada a analizar y revisar la cantidad de personal para «optimizar recursos», pero que en los pasillos del Senado se la tildó de salir a la “caza de ñoquis”. La comisión tuvo más prensa que resultados.
No obstante, el dato más importante es que les achacan a García Ortiz y a Izurieta haber sido la causal de renuncia de la ahora exsecretaria Administrativa María Laura Izzo, persona de extrema confianza de Villarruel pero que comenzó a despegarse de las decisiones tomadas por ambos.
Ambos habían llegado a la Cámara alta de la mano del diputado de La Libertad Avanza, Guillermo Montenegro, quien supo ser el operador político de Villarruel, pero cuyo vínculo se rompió a los pocos meses de ejercer la vicepresidencia. Pese a la ruptura, varios de los alfiles del libertario habían quedado en el Senado.
Empezó la purga
“La no caída de la sesión de jueces los envalentonó, empezó la purga interna”, dijo otra fuente, refiriéndose a la sesión en la que cayeron en desgracia los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla.
Otro de los “villarruelines” que llegó de la mano de Montenegro y que habría caído en desgracia es el director de Atención Ciudadana y Documentación, Juan Martín Donato, a quien algunos, peyorativamente, apodaron “el Cocinero”, en alusión al cocinero Donato De Santis. Según fuentes del Senado, era quien se encargaba de la estrategia comunicacional de la vice.
Este habría perdido peso frente a Mario “Pato” Russo un consultor que se encuentra enfrentado con el mileísmo. Tal es así que, tiempo atrás, la diputada Lilia Lemoine tuiteó: “El de barba se llama Mario ‘Pato’ Russo y fue expulsado de LLA por mala conducta en los inicios, yo lo denuncié penalmente por agresiones; el tipo sigue infiltrado en el espacio, agarrado de LO QUE SEA. En este caso Villarruel y Moreno. Lo traía Kikuchi…”. Moreno es Guillermo Moreno.
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El de barba se llama Mario «pato» Russo y fue expulsado de LLA por mala conducta en los inicios, yo lo denuncié penalmente por agresiones; el tipo sigue infiltrado en el espacio, agarrado de LO QUE SEA. En este caso Villarruel y Moreno. Lo traía Kikuchi… pic.twitter.com/AmeOs4q2gf
— Lilia Lemoine (@lilialemoine) February 16, 2025
En el entorno de Villarruel aseguran que Donato “sigue estando en el mismo lugar físico, dirigencial y de entorno de siempre”, aclaran que Russo no es empleado del Senado y que “es una voz que Villarruel escucha”, pero no lo catalogan como “asesor”.
Un desembarco que resonó en el Senado es el de Claudio Gallardo, un exmilitar cercano a César Milani y que trabajó en la Dirección de Inteligencia durante el gobierno de Cambiemos. “Es el jefe de seguridad sin nombramiento y la voz de sus oídos”, dijo una fuente que recorre los pasillos del Senado. Se refería a los oídos de la Vicepresidenta. Esta presencia es la que más alarmas encendió en los pasillos del Palacio del Congreso.
“Hoy se sabe que el queso lo corta Gallardo, Russo y Speroni”, sintetizaron en diálogo con Ámbito. Speroni es Iris Speroni, a cargo de la Dirección General de Auditoría y Control de Gestión.
“La que crece es Speroni. Es la más anti Milei de todos; dicen que se cargó desde Izzo hasta estos chicos de menor rango”, dijeron fuentes del Senado. “Odia a Milei y lo expresa, incluso en sus redes”, agregaron.
Descomprimir la gestión
“No echaron a nadie sino que se incorporó gente”, aseguraron desde el entorno de Villarruel frente a los rumores de despido. “Hay que ampliar el equipo”, recalcaron. “Izurrieta va a ser parte de un área de enlace y relacionamiento con las justicias de todo el país y el Senado, considerando que el Senado es el encargado de nombramientos”, explicaron en diálogo con este medio.
Vale recordar que el Poder Ejecutivo, además de enviar nuevos candidatos para la Corte Suprema, tras el revés que sufrió con Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, debe impulsar cerca de 200 pliegos para ocupar vacantes en juzgados federales.
Alejandra Figini será el reemplazo de Izurieta, otra persona de confianza de la vice, que proveniente del ámbito privado. En tanto, García Ortiz quedó a cargo del área de Publicaciones porque Villarruel “quiere transformarla en una herramienta con más peso parlamentario y político”. Su lugar será ocupado por Martín Ferraro, que ya se desempeñaba en la dirección de Auditoría de la Cámara.
“La idea es potenciar áreas, incorporar gente ayuda a descomprimir la gestión y dedicarse a transformar los instrumentos burocráticos y darles mayor utilidad”, sintetizaron en el entorno a la titular del Senado.