POLÍTICA
La presidente socialista condiciona la diplomacia mexicana a caprichos ideológicos
La presidente socialista condiciona la diplomacia mexicana a caprichos ideológicos y convierte un asunto de Estado en una vendetta política
La presidente Claudia Sheinbaum anunció que México no reanudará relaciones diplomáticas con Ecuador mientras Daniel Noboa continúe al frente de ese país.
La decisión surge tras la incursión de la policía ecuatoriana en la embajada mexicana en Quito en abril de 2024. Donde se detuvo al exvicepresidente Jorge Glas. Pero el trasfondo del conflicto ya no es diplomático… es puramente ideológico.
| DR
Sheinbaum, heredera directa del régimen de López Obrador, ha decidido cerrar toda posibilidad de diálogo mientras gobierne un presidente que no pertenece al club de la izquierda latinoamericana. Y lo que debería resolverse con diplomacia, lo convirtió en una cruzada ideológica siendo intransigente como buen dictador socialista.
Diplomacia selectiva y venganzas personales
La presidente acusa a Noboa de “violar la soberanía mexicana”. Pero olvida que México ofreció asilo político a un condenado por corrupción, protegido por la narrativa del “perseguido político”. Es decir, defendemos prófugos si son afines… y rompemos relaciones si nos los quitan.
| DR
México ha llevado el caso ante la Corte Internacional de Justicia. Pero al mismo tiempo, usa la relación bilateral como castigo político. Si no gobierna alguien de su bando, entonces no hay relaciones, no hay diálogo, no hay respeto.
La 4T convirtió la diplomacia en ideología de exportación
Sheinbaum no solo mantiene la línea de López Obrador, la radicaliza. Reclama intervención extranjera cuando le conviene, pero apoya regímenes que violan derechos humanos si son socialistas. Para la 4T, la política exterior ya no representa a México.
Representa a su bloque: el del socialismo tropical, las excusas retóricas y los asilos selectivos.
México pierde liderazgo por berrinches de Palacio Nacional
Mientras otros países buscan recomponer relaciones, México se aísla, cancela embajadas y rompe puentes. Y lo hace en nombre de la “dignidad”, cuando en realidad es incapacidad para dialogar fuera del dogma.
La decisión de Sheinbaum no protege a México. Protege la narrativa de una izquierda que tolera contradicciones. Y convierte cada desacuerdo internacional en un conflicto ideológico.
México dejó de hacer diplomacia. Ahora hace militancia exterior. Y mientras tanto, la voz del país se apaga en el concierto internacional… porque ya no representa a todos, solo a los que repiten el guion del régimen.
➡️ Política
Más noticias: